Van tan deprisa, nuestras almas, que se arrollan;
que se encuentran cuando nuestros cuerpos follan y follan. Son, nuestras almas, son dos versos que se rozan; nuestros cuerpos como dos cerdos que hozan y hozan.
Y, si me veo desorientado, busco la puerta de salida.
condenado a estar toda la vida preparando alguna despedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario